HISTORIA

"EL OJóN"

Era el segundo día de asistencia a clases y Said se sentó en el primer pupitre del salón  justo al lado de la ventana  como la mama le dijo. La profesora entro a la clase y les dijo BUENOS DIAS. Hoy vamos a estudiar algunos de los animales comenzaremos con un  asno este es un animal útil para la humanidad es muy fuerte y de orejas largas y  Said lo interrumpió una voz que salía tras del salón.

Muchos niños comenzaron a reírse de manera ruidosa y miraban a Said y la profesora pregunto QUIEN FUE aunque ella si sabía quién le había dicho .fue  Loren dijo una pequeña señalando a su lado a un pequeño pecosito de unos 6 añitos.

Niños, niños dijo Mayli con una voz fuerte y poniendo una cara de enfadada. No deben burlarse de los demás dijo ella eso no está bien y no lo voy  a permitir en ese momento todos guardaron silencio pero aún se escuchaban algunas risitas.

Un rato después una pelota de papel golpeo la cabeza de Poncha al darse la vuelta no vio quien le había lanzado y nuevamente se reían de él. Decidió no hacer caso ni a las burlas y continuo mirando unas láminas de los animales y Mayli estaba muy triste pero no lloro.

En el recreo Said abrió la lonchera y comenzó a comerse un delicioso bocadillo que su madre le había preparado .Dos niños que estaban cerca de él le gritaron ojón oye ojón no comas tanto que a a salirte una cola larga como la del asno y se rieron. Otros niños alrededor lo miraron y tocándose sus ojos murmuraban y se reirán en una voz bien bajita. Said entendió por primera vez que de verdad había nacido con unos ojos muy grandes como su abuelo Mario ya que eso sabía decir cuando estaban en familia.

De pronto se escucharon gritos desde el salón de música, del cual salió mucho humo. Said se acercó y vio a varios niños encerrados sin poder salir, pues algún niño travieso había colocado un palo de escoba en la parte de la puerta. A través de los vidrios se veían los rostros de los pequeños llorando, gritando y muy asustados. Dentro de este se estaba quemando y las llamas crecían y crecían. Los profesores no se habían dado cuenta del peligro, y ninguno de los niños se atrevía a hacer nada por miedo a que les pasara algo.

Said, sin dudarlo ni un segundo, dejó su lonchera y corrió hacia la puerta del salón y a pesar del humo y del calor que salía, agarró la escoba que la trababa y la jaló con fuerza. Los niños salieron de prisa y todos se pusieron a salvo. Said  se quedó como un héroe. Todos elogiaron el gran valor. Los niños que se habían burlado de él estaban apenados y no sabían cómo agradecerle.

En casa, Said  contó todo lo sucedido a su familia, por lo que todos estaban orgullosos de él. Al día siguiente, ningún niño se burló de Said. En ese entonces  habían entendido que los defectos físicos eran sólo aparentes en si solo externos, pero en cambio el valor de Said  al salvar a sus compañeros era más valioso y digno de admirar por lo cual quedo como un gran héroe  salvador.